A Julia le gusta hacer cosas que no
están bien vistas en las niñas. No le
apetece peinarse y arreglarse, pero
disfruta jugando a la pelota. Los adultos la
llaman “muchachito” tantas veces que un
día se levanta con sombra de niño. Trata de
todas las maneras posibles de ahuyentar esa
sombra que no es de ella, porque “ella es una
niña”.
La historia de Julia reivindica el derecho de
las personas a ser y actuar como les parece
desde su infancia, sin tener que recibir por
ello etiquetas. En este álbum, Bruel, como es
costumbre en sus libros, toca temas que la
literatura infantil no aborda con frecuencia,
dándoles la importancia que tienen en el
imaginario de los niños.
A Julia le gusta hacer cosas que no
están bien vistas en las niñas. No le
apetece peinarse y arreglarse, pero
disfruta jugando a la pelota. Los adultos la
llaman “muchachito” tantas veces que un
día se levanta con sombra de niño. Trata de
todas las maneras posibles de ahuyentar esa
sombra que no es de ella, porque “ella es una
niña”.
La historia de Julia reivindica el derecho de
las personas a ser y actuar como les parece
desde su infancia, sin tener que recibir por
ello etiquetas. En este álbum, Bruel, como es
costumbre en sus libros, toca temas que la
literatura infantil no aborda con frecuencia,
dándoles la importancia que tienen en el
imaginario de los niños.